Los nuevos frenos con revestimiento de tungsteno de Bosch ayudan a reducir el polvo, el desgaste y la contaminación

Uno de los contaminantes ocultos del mundo del automóvil acaba de volverse un poco más limpio.

RobDrivesCoches

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Para algunos, el coche es simplemente una herramienta para ir de un destino a otro, mientras que para otros sirve como una fuente de disfrute. Pero no importa cómo usemos nuestros vehículos, entendemos la necesidad de los costos asociados con el mantenimiento de las partes móviles y el exterior de un vehículo. Pero ¿qué pasa con el coste para el medio ambiente? Un nuevo producto de Bosch busca ayudar a reducir el impacto ambiental que producen los automóviles a partir de uno de los elementos más utilizados: los frenos.

Cuando necesitas reducir la velocidad de un vehículo, tu cerebro le dice a tu pie que presione el freno. Su automóvil reacciona moviendo líquido hidráulico a través de las líneas de freno y extendiendo los pistones en la pinza de freno. Estos pistones aprietan una pastilla de freno contra un rotor de hierro fundido para aumentar la fricción entre las dos partes y, como resultado, reducen la velocidad del automóvil debido a la mayor resistencia al girar la rueda.

Aparte del freno antibloqueo, el control de tracción y otras mejoras en el sistema de frenos, el freno de disco se consideraba una de las mejoras más drásticas para detener un vehículo desde la velocidad de un tren de carga en cuestión de segundos. No sólo hacían que detenerse fuera muy fácil y se desvanecían menos con el calor que los frenos de tambor, sino que también eran mucho más fáciles de mantener. Tanto más fácil, que con el tiempo los fabricantes empezaron a pedir frenos de disco casi exclusivamente, dejando atrás la tecnología arcaica de antaño. En 2016, los vehículos que circulaban por carretera demandaban más de 330 millones de frenos de disco.

Desafortunadamente, una de las desventajas de los frenos de disco son los contaminantes que se producen mientras el vehículo frena. Cuando el coche se detiene, pequeñas partículas de polvo de frenos y otros materiales contribuyen a la contaminación del aire, hasta un 32 por ciento de las emisiones de partículas, según Bosch. El fabricante de autopartes hizo algo al respecto y creó el sistema iDisc (con la "i" de innovación) para automóviles equipados con frenos de disco de fábrica.

El rotor en sí está recubierto con carburo, una mezcla patentada de carbono y tungsteno, que permite eliminar hasta el 90 por ciento del polvo de los frenos sin perder eficiencia de frenado. Un rotor de hierro fundido estándar se trata mediante procesos térmicos y de galvanización y luego se recubre con el carburo desarrollado desde hace mucho tiempo. Esto no sólo significa menos necesidad de limpiar las ruedas de su automóvil, sino también un mejor rendimiento.

Bosch menciona que además de la menor contaminación, el rotor también tiene un rendimiento "cercano al de un freno cerámico", especialmente brillante en momentos en que un rotor tradicional experimentaría desvanecimiento por calor.

Desafortunadamente, como toda nueva tecnología, la contrapartida de la innovación es el costo. El iDisc es aproximadamente tres veces más caro que su contraparte tradicional de hierro fundido, lo que hace que no sea razonable para algunos comprarlo hasta que los costos finalmente disminuyan debido a las mayores tasas de adopción. En el futuro, el fabricante considera que el iDisc sentará las bases para convertirse en la nueva tecnología estándar del mercado.